El 29 de febrero entró en vigor el nuevo Reglamento de instalaciones térmicas en los edificios (RITE) que obliga al uso de barreras térmicas en las piscinas. Los beneficios obtenidos por la utilización de mantas térmicas en las piscinas climatizadas se encuentran validados por el nuevo Reglamente de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que obliga a su uso.
Entre sus instrucciones técnicas se establece la exigencia de que “la lámina de agua de las piscinas climatizadas” esté protegida “con barreras térmicas contra las pérdidas de calor del agua por evaporación durante el tiempo en que estén fuera de servicio”. Así se recoge en el título Ahorro de Energía en Piscinas (IT 1.2.5.5), dentro del apartado Recuperación de Energía en el capítulo de Exigencia de Eficiencia Energética.
Febrero ha marcado la entrada en vigor de este reglamento, aprobado en el Real Decreto 1027/2007 y que sustituye a la normativa vigente hasta esta fecha. Se trata de un conjunto de requisitos de obligado cumplimiento en las instalaciones térmicas de los edificios para potenciar el ahorro y la eficiencia energética, en un contexto de lucha contra el cambio climático. En este sentido, la obligatoriedad del uso de estas barreras térmicas en las piscinas viene precedida de unos excelentes resultados obtenidos en la práctica por fabricantes como Menchaca.
Menchaca cuenta con 30 años de experiencia en la fabricación e instalación de este tipo de barreras, con más de 50 proyectos realizados en piscinas de toda España, de diversas características y medidas. Su Manta Isotérmica Pool Cover está diseñada para combinar la comodidad de su manejo y la tecnología más eficaz. Su tejido isotérmico está compuesto de tres capas: dos realizadas en polietileno, que impiden la absorción del agua y la transmisión térmica, aumentando la capacidad isotérmica del conjunto, y otra capa superior de poliéster recubierto por ambas caras de polietileno, que le confiere una gran resistencia y durabilidad.
El uso de Pool Cover contribuye de manera muy importante a la sostenibilidad de la piscina, ya que evita la evaporación del agua y mantiene su temperatura, con el consiguiente ahorro energético que esto significa. Este hecho lleva parejo, en el caso de las piscinas cubiertas, un considerable ahorro de mantenimiento, tanto en productos como en maquinaria para la adecuada conservación del agua. Además, otro beneficio que se deriva de su uso es la mejor conservación del interior del edificio con la eliminación de la humedad y la condensación en la estructura.
La instalación de esta manta se completa con un enrollador, que puede ser manual o automático, dependiendo de las dimensiones y de las necesidades requeridas. En cualquiera de los casos, se trata de un equipamiento muy fácil de utilizar y cómodo para el usuario, y cuyos beneficios se miden en el ahorro individual de las instalaciones, la confortabilidad del usuario y también en una dimensión medioambiental colectiva favorable para nuestro entorno.
Fuente sacada de www.construnario.com