Como ya hemos comentado en anteriores entradas, hay múltiples alternativas para calentar el agua de una piscina; calentadores eléctricos, intercambiadores, bombas de calor, paneles solares, cubiertas, sistemas flotantes…
Todos y cada uno de ellos, tienen sus pros y sus contras, pero hay algo en el que todos coinciden, es el ayudar a climatizar la piscina, con las ventajas que esto supone para el usuario.
Dos son estas ventajas pricipales; por un lado, el climatizar la piscina nos va a permitir determinar la temperatura a la que queremos que esté el agua y en las piscinas cubiertas o interiores, también nos permitirá determinar la temperatura ambiente (generalmente, a través de deshumidificadores), lo que a fin de cuentas, nos permitirá una experiencia más satisfactoria. Cada persona tiene una temperatura ideal del agua en la que se siente más cómodo. Unos la prefieren más fría, otros más templada o caliente. Así, si nos decidimos a climatizar nuestra piscina, no tendremos la excusa de la temperatura, para poder bañarnos.
Por otro lado, el hecho de calentar el agua de nuestra piscina o directamente climatizarla, nos va a permitir alargar la temporada de baño, de modo que podamos disfrutar de nuestra inversión, la piscina, durante más tiempo. Y a dependerá del sistema y el modelo elegido para que este alargamiento de temporada de baño resulte más o menos amplio, pero lo que está claro es que amortizaremos más rapido la inversión realizada en la piscina y seguro que la disfrutaremos mucho más.
Incluso en algunos casos (y cada vez más habituales), estos sistemas son utilizados para poder utilizar la piscina durante todo el año.
Estas dos grandes ventajas suelen traer consigo algunas consecuencias tales como un mayor número de amigos y familiares (Sic), que espacian menos entre visita y visita… mayor salud física y mental, mayor valor añadido a la vivienda…
